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NUESTROS TITULARES

Santísimo Sacramento

Don Bosco, en su incansable labor pastoral y guiado por una profunda espiritualidad, 

fundó   la   Asociación   de   María   Auxiliadora   con   un   propósito  claro y edificante: 
"promover  el  culto  al  Santísimo  Sacramento y devoción a María Auxiliadora de los
Cristianos"
.

 

En  este  sendero  de  fe, buscamos no  sólo  nutrir  nuestras almas con la  presencia
real  de  Cristo
,  sino  también  experimentar  la   ternura   maternal   de   María, quien
nos  auxilia  y  guía  en  nuestro  viaje  espiritual.  En  la  unidad  de  estos  dos  pilares,

encontramos la fortaleza para enfrentar los desafíos de la vida cotidiana y la inspiración para vivir una auténtica vida cristiana, imitando el legado de Don Bosco.

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María Auxiliadora

La imagen de María Auxiliadora, obra del escultor D. Francisco Buiza, representa a María como una figura maternal y protectora. En su mano izquierda sostiene al divino infante, mientras que en su mano derecha porta un cetro como símbolo de su papel como Reina. Su ejecución se llevó a cabo entre los años 1959 y 1960, y su bendición tuvo lugar el 16 de mayo de 1960 por el Emmo Señor Cardenal Don José Mª Bueno Monreal  coincidiendo con la bendición del nuevo templo de María Auxiliadora de las "Escuelas Salesianas Femeninas María Auxiliadora" en Nervión. La imagen fue apadrinada por los Condes de Bustillo.

El autor, D. Francisco Buiza, nacido en Carmona en 1922, demostró desde temprana edad un interés por el arte del modelado y la creación de figuras de barro para belenes. Se trasladó a Sevilla siendo joven, donde se convirtió en discípulo del escultor Sebastián Santos y, a partir de 1950, estableció su propio taller. Admirador de la escultura barroca del siglo XVII, especialmente de las obras de Martínez Montañés y Juan de Mesa, Buiza influyó en varios artistas notables de la imaginería religiosa, incluyendo a Luis Álvarez Duarte y Juan Manuel Miñarro, quienes fueron sus discípulos.

La imagen de
María Auxiliadora ha experimentado diversas intervenciones a lo largo del tiempo. La primera y posiblemente la más significativa, en 1975, fue llevada a cabo por el propio Buiza, quien modificó el divino infante, cambiando la cabeza y las manos en ese momento. Posteriormente, en 1984, D. Manuel Guzmán Bejarano  realizó otra intervención, y      por  último, D. Francisco Berlanga, discípulo del Maestro Buiza, ha sometido en varias ocasiones a la imagen a labores de limpieza y mantenimiento, siendo la última en el año 2022.

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¿Sabías que?
Una réplica de la imagen de María Auxiliadora procesiona en la entrecalle del paso de palio de la Virgen del Sol desde el año 2022. Signo de la gran relación que une a ambas corporaciones desde su fundación.

San Juan Bosco

Desde los nueve años, un sueño misterioso marcó la vida de Juan, guiándolo hacia la vocación de ser sacerdote y dedicarse a los niños y jóvenes más necesitados. Trabajó y estudió incansablemente desde su adolescencia, empleándose en diversos oficios para financiar sus estudios en el seminario. Fue ordenado sacerdote el 5 de junio de 1841.

A los 26 años, Don Bosco llegó a Turín en 1841 y, bajo la guía de su Director Espiritual, Don José Caffaso, se enfrentó a la cruda realidad de la miseria humana. Los suburbios, en plena revolución industrial, albergaban a jóvenes ociosos y huérfanos, sumidos en la desolación. Don Bosco, como capellán de cárceles, se conmovió profundamente y decidió evitar que encerraran a jóvenes tan temprano en la vida.

Juan Bosco nació el 16 de agosto de 1815 en I Becchi, un pequeño pueblo cerca de Turín, Italia, en el seno de una familia campesina de escasos recursos. Quedó huérfano de padre a los dos años, y su madre, Margarita Occhiena, enfrentó con delicadeza y energía las dificultades económicas, enseñándole a Juan a trabajar la tierra y a apreciar la belleza divina en todas las cosas.

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Ante la carencia de modelos positivos para los jóvenes, Don Bosco intentó escribir el Evangelio de las Bienaventuranzas, especialmente para los más desfavorecidos. El 8 de diciembre de 1841, acogió a Bartolomé Garelli, el primer joven de la calle, dando inicio al Oratorio Salesiano. Este gesto llevó a la fundación de la Congregación Salesiana, conocida como la Sociedad de San Francisco de Sales, y en otoño de 1853, se iniciaron los primeros talleres en Valdocco bajo la dirección de Don Bosco.

A pesar de enfrentar atentados, enfermedades y amenazas, Don Bosco dedicó su vida

a la educación de jóvenes desfavorecidos, renunciando a la comodidad y la tranquilidad. En 1854, se estableció oficialmente la Congregación Salesiana, y diez años después se colocó la primera piedra del Santuario de María Auxiliadora en Turín-Valdocco. Don Bosco inició el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora junto a María Mazzarello y fundó los Cooperadores Salesianos.

Conocido como el santo de la juventud, Don Bosco desarrolló el Sistema Preventivo, basado en la razón, el amor y la religión, que guió a muchos hacia la felicidad y les enseñó a ser "buenos cristianos y honrados ciudadanos". Falleció al amanecer del 31 de enero de 1888, dejando a los salesianos sus últimas palabras: "Quereos como hermanos... Haced el bien a todos, el mal a nadie... Decid a mis muchachos que los espero a todos en el Paraíso".

El 1 de abril de 1934, Pío XI lo canonizó como santo, y en el centenario de su muerte, Juan Pablo II lo declaró Padre y Maestro de la Juventud. Su legado perdura como un faro de inspiración en la educación y el servicio a los jóvenes más necesitados.

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