Llega el 24 de Noviembre y con alegría nos acercarnos a todos los ASOCIADOS de nuestra entrañable ADMA de Nervión.
FIN DEL AÑO LITÚRGICO:
Para la Iglesia Católica el fin de año no es el 31 de diciembre, sino cuando se termina el ciclo o año litúrgico, lo cual sucede el domingo anterior a que se inicie el tiempo de Adviento. Este año, ese día coincide con el próximo domingo que además es día 24, y además del final del tiempo litúrgico, la Iglesia celebra la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo.
La Fiesta de Cristo Rey es más que una fecha en el calendario; es una llamada a la acción. Es un recordatorio de la necesidad de dar testimonio de nuestra fe en un mundo cada vez más secularizado. Es una invitación a vivir nuestra vida de acuerdo con los valores del Evangelio y a trabajar por la justicia y la paz en el mundo. En un mundo marcado por la incertidumbre y el conflicto, la Fiesta de Cristo Rey ofrece un mensaje de esperanza y una llamada a la perseverancia en la fe. Es una afirmación de que el reinado de Cristo es eterno.
INICIO DEL AÑO LITURGICO:
El Adviento es tiempo de espera para el nacimiento de Dios en el mundo. Es recordar a Jesús que nació en Belén y que vendrá nuevamente como Rey al final de los tiempos. Es un tiempo de cambio y de oración para comprometernos con él, hacerlo presente con nuestras acciones y tareas de cada día… Es preparar el camino: es “ ir de Dios por la vida” para que de verdad haya Navidad = “Dios con nosotros”.
Sabemos que este tiempo de Adviento consta de las cuatro semanas que preceden al 25 de diciembre, llamados los cuatro domingos de Adviento.
Con el Slogan: “Peregrinos de Esperanza”, nos invitamos a: Despertar - Decirle sí – Convertirnos- Bendecir
Viajemos juntos, con alegría como María y junto a María… En este ADVIENTO, cada domingo llegará ese "autobús" que es nuestra iglesia que busca con esperanza a Jesús. En el primer Domingo de Adviento se subirán al autobús los profetas que nos piden despertar y estar atentos. Denunciarán nuestra pereza y nos ayudarán a darnos cuenta. En el segundo Domingo de Adviento, sube María, que atenta escucha la propuesta de Dios, que acoge sus palabras, que confía y le dice ¡SI!
En el tercer Domingo de Adviento, Juan Bautista, el primo de Jesús nos pide cambiar, renovarnos, renacer... Siendo buenos compartiendo, haciendo el bien y nos grita ¡CONVIERTETE!
Por último, se sube al autobús Isabel, la prima de María que se alegra en el encuentro proclama y bendice.
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